Hoy les quiero platicar de un lugar en San Diego que ofrece vistas espectaculares de la Bahía de San Diego, de la isla de Coronado y también del centro de San Diego y que al igual nos hace recordar de tiempos pasados, el Faro de Point Loma (Point Loma Lighthouse). El faro se encuentra en el Monumento Nacional de Cabrillo. La historia relata que en el año 1542, Juan Rodríguez Cabrillo fue el primer explorador europeo en poner pies en la costa oeste, en lo que hoy es los Estados Unidos.  En reconocimiento a Cabrillo, este parque nacional ofrece acceso al su monumento, a un pequeño museo, a pozas de marea, y también al viejo guardián de San Diego – el Faro de Point Loma.
El Faro de Point Loma fue encendido por primera vez un 15 de noviembre de 1855. En esos tiempos el faro era el más alto de la costa oeste ya que fue construido en una colina con 128 metros de altura del nivel del mar. El faro, que fue exportado desde Francia porque disponían de la última tecnología, podía ser visto hasta 40 kilómetros desde mar adentro y logró guiar a muchos marineros hasta el puerto de San Diego.

Lo más interesante de los faros es que en él habitaban guardafaros con sus respectivas familias. ¿Imagínate vivir en esta época en una remota y alta punta, sin electricidad, coche, y sin muchas otras modernidades? La verdad es que no hay necesidad de tener mucha imaginación para esto ya que el viejo faro fue restaurado y amueblado a los tiempos de 1880 y uno puede apreciar cómo era el día a día de sus habitantes, los guardafaros y sus familias quienes vivían con pocas provisiones junto con caballos, borregos, gallinas y pequeños huertos vegetales. ¿A ti te hubiera gustado vivir en un sitio así? A mi no se, pero a mi pequeño caballerito de alma vieja, si, y mucho! Siempre que lo llevó a este tipo de lugares me hace un sinfín de preguntas a las cuales no tengo la respuesta pero me encanta que sea tan inquisitivo.En fin, lo interesante de el Faro de de Point Loma es que solo duró encendido 36 años. Un dia en el año 1891 fue apagó definitivamente ya que por lo alto que se encontraba, su ubicación no fue tan ideal como alguna vez se pensó. Densa neblina o nubes bajas seguido impedían ver el faro desde el mar y tuvieron que apagar la gigantesca lámpara que iluminaba la punta de la Loma un 23 de Marzo de 1891.

Sin duda mis peques se divirtieron muchísimo, aprendieron un poco de historia, cultura y tuvieron la oportunidad de ver un poquito cómo era el vivir hace 150 años.  Yo, por supuesto, super recomiendo su visita. Las vistas que esta alta punta ofrecen son increíbles, a mi la verdad me dejan boca abierta, me hacen recordar la inmensidad del mar y lo bello que todo este mundo nos da.