Que divertido fue este corto viaje a la ciudad de Portland. Esta ciudad ofrece muchas actividades y diversión para los pequeñitos afuera y dentro de casa ya que los Portlandinos están muy acostumbrados a la constante lluvia.
Desde museos, jardines, parques, caminatas en bosques, cascadas impresionantes, y como no mencionar, la fabulosa escena de gastronomía que satisface el alma de cualquier foodie, Portland ofrece de todo un poco. Comenzamos nuestras vacaciones explorando el museo de niños, Portland Children’s Museum– no te lo puedes perder! Mis peques quedaron encantados con las muchas actividades interactivas que este museo ofrece. También visitamos por 2 días consecutivos las famosas Food Trucks en el centro de Portland. Estos restaurantes móviles se pueden encontrar en cualquier rincón de la ciudad, de día o de noche. Podría escribir un blog entero en este tema de Food Trucks ya que quedé impresionada con la rica comida tan accesible que se puede encontrar en todos los rincones de la ciudad de Portland.
Uno de nuestros paseos favoritos de noche fue subirnos en el tranvía aéreo para apreciar la vista de la ciudad de noche. El tranvía no es una atracción de la ciudad, no, descubrimos qué es transporte diario para estudiantes, doctores y profesionales de OHSU Center for Health & Healing que se estacionan abajo de la colina y utilizan este tranvía para ascender al hospital.
Ni la lluvia ni el frío nos detuvieron y seguimos nuestro itinerario visitando las famosas cascadas Multnomah que se encuentran en el exterior de la ciudad a solo 30 minutos en carretera. Están cascadas ¡son impresionantes! Los bosques que las rodean son realmente mágicos, con infinitos tonos de color verde y musgo por todas partes. Dentro de la ciudad de Portland también puedes encontrar jardines muy bonitos, como el Jardín Japonés, y parques dignos de visitar, así que no tienes que salir de la ciudad para ver la bella naturaleza que Portland produce por su constante lluvia.
Como no poder mencionar también los numerosos puentes que conectan toda la ciudad, como el St John’s Bridge donde mis peques pudieron jugar con gigantescas burbujas en el Cathedral Park que se encuentra debajo de este puente. Al igual, uno no puede perder de visitar alguna micro-cervecería de Portland donde encuentras buenas selecciones de cervezas artesanales. Les comento que varias de las cervecerías ofrecen áreas de juego para los pequeñitos, así los papás puede disfrutar de una buena cerveza sin preocuparse por el entretenimiento de los nenes o del que sí es permitido ingresar con niños a este tipo de establecimientos (en San Diego no son tan amigables en esta cuestión) así que aprovechen de una buena cerveza junto a toda la familia. Y con eso, lo único que me queda por decir es ¡Portland – regresaremos a ti pronto!